martes, 21 de mayo de 2013

La caída del César.



El próximo 2 de Junio, la primera etapa de José Mourinho como entrenador del Real Madrid CF, tocará a su fin. Tras los acontecimientos acaecidos en los últimos meses el adiós del portugués era un secreto a voces. Carismático, polémico, inteligente y sin pelos en la lengua, así se ha mostrado el luso en su etapa como madridista. No era fácil entrenar a un equipo plagado de estrellas, estrelladas. Cuando Mou cogió las riendas de nuestro equipo llevábamos 6 años sin conocer un pase a Octavos en Champions, sin saber que era jugar una final y sin tener un equipo sólido que disputase la Liga a sus rivales.

Llegó para conquistar Europa, pero nos dejo en el camino. Mou no ha conseguido levantar la Décima Copa de Europa para nuestras vitrinas, pero nos ha devuelto a la senda del triunfo, a la elite del futbol mundial de la cual hacia mucho que habíamos salido. Su palmarés como madridista no ha sido el esperado, pero a buen seguro ha colocado los cimientos para que este equipo triunfe.

Habrá madridistas que estén a favor de su destitución, otros estarán en contra. Cierto es que la imagen de nuestro equipo ha sido deteriorada por los numerosos episodios protagonizados por Mourinho, pero no es menos cierto que ha desenmascarado todas aquellas quejas que los madridistas denunciábamos desde hacia tiempo: privilegios arbitrales al eterno rival, mentiras de la prensa y a algún que otro antimadridista camuflado de merengue para desestabilizar nuestra institución.

El “problema” de Mourinho queda resuelto con su marcha, pero los madridistas afines, y no afines a los pensamientos del luso, debemos de tener en cuenta y ser conscientes de que en estos tres últimos años hemos tenido en nuestro equipo al que posiblemente sea el mejor entrenador de la historia del Real Madrid CF, táctica y técnicamente hablando. También debemos saber que hacía tiempo que ninguna persona defendía a nuestro equipo con tanto ahincó como ha hecho Mou. En definitiva, Mourinho nos ha abierto los ojos, esperemos que no los volvamos a cerrar de nuevo, que se preparen todos aquellos que ponían a Mourinho como excusa para odiar y desprestigiar al Real Madrid CF, porque ya se les acabo el cuento. Tras las elecciones comienza una nueva etapa, da igual si dirigida por “Penganito” o “Sultanito”, lo importante es que nuestro equipo zarpa de nuevo hacia el éxito comandado por un nuevo capitán.

¡Gracias por todo Mou! Siempre estarás en los corazones de los madridistas.

viernes, 3 de mayo de 2013

Las tres caídas.



El pasado martes, los aficionados madridistas recibimos un nuevo jarro de agua fría. La esperanza de remontada se quedó a las puertas de convertirse en una realidad, y por tercer año consecutivo vemos pasar el tren de la Gran Final Europea por delante de nuestros ojos. Tres años consecutivos, tres rivales distintos, tres partidos en los que merecimos por juego y superioridad estar presentes en las finales correspondientes.

En la semifinal frente al FCB, la UEFA dictó sentencia para impedir que diésemos el último paso. El pasado año frente al Bayern de Münich, un penalti lanzado a las nubes envió al limbo nuestras esperanzas de seguir compitiendo y este año quince malditos minutos en Dortumnd, donde la confianza se apoderó de nuestros jugadores, nos vuelven a dejar con la miel en los labios.

Tres años consecutivos, tres dolorosas caídas. Posiblemente Mourinho no pase a la historia por conquistar la ansiada Décima para las vitrinas blancas. Tras el partido del martes, todo hace indicar que el técnico luso abandonará la disciplina madridista para poner rumbo a otro equipo. Pero si debemos tener presente, que ha devuelto a nuestro equipo a la élite del fútbol europeo, ha conseguido cortar de raíz la hegemonía de aquellos que creían haber descubierto el fútbol, y ha despertado a una afición que parecía anestesiada por los malos resultados del equipo.

Tercer año consecutivo, sí, pero estas tres caídas no son en balde. Quizás sean necesarias para activar a todos aquellos que habían perdido la confianza, levantarnos tras estos tres batacazos del destino nos  hace más fuertes. Estos tres años han servido para que el Real Madrid y los madridistas recuperemos varios de nuestros valores, que parecían guardados en el cajón del olvido: Lucha, casta, coraje y sacrificio. El recibimiento que tuvo el pasado martes nuestro equipo, está a la altura de muy pocas aficiones, por no decir de ninguna, y máxime cuando el equipo tenía que remontar un resultado adverso un tanto abultado. La afición creyó, y eso lleno de esperanza a unos jugadores que se dejaron el alma sobre el tapiz verde del Santiago Bernabéu. Por este motivo, no debemos de venirnos abajo, el fútbol es un deporte y aunque nos duela, también hay que saber perder. La derrota del martes nos elimino de la competición, pero activo los pilares de un club que nunca debe de rendirse y que demostró a toda Europa, que el Rey ha vuelto y que será una seria amenaza para todo aquel que intente conquistar su trono.

Ahora el objetivo está claro, ganar en nuestra casa una Final de Copa del Rey. La Cibeles quiere vernos por tercer año consecutivo, démosle ese gusto a nuestra Diosa, mientras recuperamos la ilusión de cara a la siguiente temporada. No importa si con Mou, o sin él, lo importante es que el madridismo esté unido como el martes.

¡Hala Madrid!