Si bien es cierto que el equipo no acaba de funcionar como a todos nos gustaría, la realidad es que el sábado el Real Madrid pudo haber conseguido una victoria mucho más holgada de no haber sido por la actuación del meta osasunista Ricardo. Digo esto porque parece ser que lo único reseñable del encuentro para los mismos de siempre fueron los pitos de la afición madridista cuando el trencillas señaló el túnel de vestuarios. En relación a esto último, la afición del Madrid siempre ha tenido fama de "entendida y exigente", pero quizás haya llegado el momento de hacer autocrítica: no puede silvarse a un equipo "nuevo" (en sentido amplio del término, pues es nuevo el modelo de juego implantado por Mourinho) que debuta en casa, máxime cuando en dos jornadas aún no ha encajado un gol. El mismo CR7 era abucheado cuando un disparo lejano salía desviado. Señores: la Liga acaba de empezar, el Madrid anda invicto y un punto por encima de su máximo rival. Hemos de comprender que pasaron los tiempos en que el Madrid (o cualquier otro grande) arrasaba con cualquier rival que se presentase. La igualdad impera (y no en lo económico, sino en la actitud/aptitud) y cualquiera puede hacerte un roto (véase el Hércules el pasado sábado en el feudo del Todopoderoso).
De momento el próximo miércoles el equipo debuta en casa en otra competición, la suya: la Copa de Europa. Será la ocasión para comprobar si el Madrid toma la línea ascendente que todos deseamos (en juego y resultados).
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