La historia volvió a repetirse, pero esta vez en Champions. Tras la primera jornada en la competición europea, frente al Ajax, todo hacia presagiar de que este año viviríamos con un Madrid de dos caras, una para la Liga y otra muy diferente para la Champions, pero nada de eso. El Real volvió a cometer los mismos errores que le condenaron frente al Levante y que nada gusta a los aficionados.
Estuvimos finos en defensa, salvo dos despistes que nos pudieron costar bien caros, y como no, siguiendo la tónica de este inicio de temporada, estuvimos fallones arriba, esta vez elaboramos mucho menos que en otras ocasiones, pero fallamos como siempre, el 7 del Gran Capitán (Raúl González Blanco), parece pesar como una losa sobre en la espalda de Cristiano.
Tan solo Di María, aporto algo nuevo al equipo, algo nuevo que privo Mourinho, dejando al argentino sentado en el banco hasta bien entrada la segunda mitad. Nadie se debe extrañar del juego que realiza el portugués (que ya de sobra era conocido), que aun sin perder ningún partido, no encuentra el sistema de juego idóneo para realizar la buena práctica del futbol.
Esperemos que con el transcurso de las jornadas, afine el ataque, y compacte a un equipo, que se rige por las individualidades de sus estrellas. El próximo objetivo será vencer al Depor en casa dando una buena imagen ante la siempre exigente parroquia del Bernabeu, antes del parón por los partidos internacionales e intentar recortar o alcanzar de nuevo el liderato en Liga, ya que el de Champions lo reforzamos anoche al empatar Milán y Ajax.
Estuvimos finos en defensa, salvo dos despistes que nos pudieron costar bien caros, y como no, siguiendo la tónica de este inicio de temporada, estuvimos fallones arriba, esta vez elaboramos mucho menos que en otras ocasiones, pero fallamos como siempre, el 7 del Gran Capitán (Raúl González Blanco), parece pesar como una losa sobre en la espalda de Cristiano.
Tan solo Di María, aporto algo nuevo al equipo, algo nuevo que privo Mourinho, dejando al argentino sentado en el banco hasta bien entrada la segunda mitad. Nadie se debe extrañar del juego que realiza el portugués (que ya de sobra era conocido), que aun sin perder ningún partido, no encuentra el sistema de juego idóneo para realizar la buena práctica del futbol.
Esperemos que con el transcurso de las jornadas, afine el ataque, y compacte a un equipo, que se rige por las individualidades de sus estrellas. El próximo objetivo será vencer al Depor en casa dando una buena imagen ante la siempre exigente parroquia del Bernabeu, antes del parón por los partidos internacionales e intentar recortar o alcanzar de nuevo el liderato en Liga, ya que el de Champions lo reforzamos anoche al empatar Milán y Ajax.
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