martes, 26 de enero de 2010

El Doble rasero del villarato.




A Leo Messi le podemos ver dando codazos y revolviéndose (como en las imágenes), dando escupitajos a diestro y siniestro (como en la Rosaleda, esta misma temporada) y recriminando con cierta anchura a los árbitros, con el beneplácito de su santo entrenador, que además pide respeto y cuidadito con las entradas que le hacen los contrarios a sus pupilos.
Sin embargo, a la estrella del Real Madrid, las defensas oponentes le acosan durante 90 minutos ante la pasividad del trencillas de turno. Si el portugués, harto ya de tanto recibir, saca su orgullo y se defiende pues le expulsan (como el día de Almería o este pasado fin de semana ante el Málaga) y encima se crea en España un absurdo debate en torno a él. Un lance del juego en el partido del domingo ante el Málaga, con un desafortunado resultado de hemorragia para el jugador malaguista, puede servir a los siervos de Villar y Cía para privar a CR9 de jugar, como mínimo, el próximo fin de semana en Riazor, y seguir con su indigna tarea de adulterar una competición, ya de por sí bastante desacreditada por culpa de las lamentables actuaciones que casi semanalmente nos ofrece el colectivo arbitral, que parece decidido a mantener en la cumbre, al menos otro añito, al equipo de moda.

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