Hacía 18 años que no conseguíamos una victoria en Riazor. Ayer no eran muchos los que apostaban por el fin de la mala racha, dado el número de bajas que el equipo presentaba en La Coruña. Para colmo el líder volvió a ganar con polémica a un rival menor y los de Pellegrini saltaron al campo sabiendo que sólo les valía la victoria para seguir enganchados a un tren en el que la locomotora necesita que le echen el carbon en forma de ayuditas arbitrales. Este asunto apesta, y no merece la pena dedicarle muchas líneas, si bien es cierto que si finalmente, el Madrid consigue el título será una doble victoria, pues no es fácil conseguir cosas cuando estás sólo frente a todos. Lotina de hecho, alardeaba de que ante el Madrid, se ahorraba la charla de motivación. Una charla de motivación es lo que su equipo hubiese necesitado el día que se enfrentó al FCB.
Dejando al lado todas estas teorías conspiranoides (que a algunos les hace gracia pero que no van muy desencaminadas de la realidad), el RM consiguió anoche una brillante victoria, que habría sido más decorosa si el trencillas de turno no hubiese maquillado el resultado pitando un estúpido penalti que sólo él vio.
Mención especial merece Guti, un jugador capaz de lo mejor y de lo peor, y que esperemos siga muchas jornadas por la senda comenzada ante el Málaga y continuada anoche, pues el equipo sabe que cuenta con un jugador “diferente” y cuando está inspirado el ataque gana muchísimos enteros.
El equipo sigue realizando grandes partidos, y si no sufre tropiezos imprevistos, parece cercano el asalto al liderato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario