lunes, 11 de enero de 2010

Reflexión de invierno.


Aunque los balances se hacen y las decisiones se toman a final de la campaña, nunca está de más hacer un breve recopilatorio de lo visto hasta la fecha.
En primer término, parece claro que fue un acierto mantener a Pellegrini en el cargo después del desastre de Alcorcón. Si descontamos aquel accidente, la temporada está siendo brillante y nuestro equipo camina firme con números de auténtico líder. Sólo la providencia y alguna que otra discutible decisión arbitral tanto en partidos propios como ajenos (ese run-run del que habla San Pep) hacen que a día de hoy el Real no se encuentre en la cabeza de la tabla.
Sin embargo parece próximo el asalto al primer puesto, pues el actual líder no es ni la sombra de lo que era el año pasado, por más que a la prensa amarilla y a los hooligans de turno les cueste reconocerlo, y pese a victorias como la de ayer en un campo "amigo" (históricamente hablando).
Mérito de Manuel Pellegrini es haber encajado en tiempo récord el rompecabezas de lujo que Florentino le procuró el pasado verano. Ayer vimos un once incial inédito hasta la fecha (con Xabi-Káká y Van der Vaart, este último genialmente sustituido por el joven Granero tras su lesión) y que mostró minutos de gran juego pese a las inclemencias del tiempo y la categoría del rival, que llegaba al Bernabéu como 4º clasificado.
También es digno de elogio la "transición" implementada por el Ingeniero en relación al Gran Capitán, Raúl. El chileno, sin drama ni complejos, ha desalojado del once titular a una de las leyendas del fútbol español. Raúl, un hombre que, con justicia pasará a la historia de los más grandes pero que por las características de la actual plantilla y el estilo de juego adoptado por el entrenador, parece haber perdidio su sitio. Parece más conveniente dar la alternativa a promesas como Granero, Higuaín o Benzema, algunos de los cuales (caso del argentino) va camino de ser estrella en este nuestro equipo.

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