lunes, 17 de mayo de 2010

Evaluación final


Se cumplieron los augurios de los pesimistas y el Real no pudo conseguir su objetivo. Ni tan siquiera fue capaz de cumplir con su obligación de ganar a un Málaga que agonizaba en su lucha por eludir el descenso.
Éste ha sido un año difícil para el madridismo. El ambiente (casi desde el inicio del curso) fue irrespirable para técnicos, jugadores e incluso aficionados. La presión mediática, la desmedida y permitida agresividad de los rivales y la propia falta de tensión de los nuestros en las citas más cruciales han dado como resultado un año sin un sólo título que llevar a nuestras abarrotadas vitrinas. A algunos esto les hace mucha gracia, mientras que otros sacan tajada a costa de la cascada de rumores que empezaron hace ya semanas.
Sin embargo, una cosa sí que es de reconocer a los nuestros: en Liga han mantenido el pulso hasta el último día. Piensen por un momento en la situación inversa: un Madrid líder y rodando a favor del viento y un FCB subiendo a contracorriente. En ese caso la temporada se hubiera acabado el 10 de abril, pero los nuestros no han bajado los brazos y han luchado orgullosamente contra todos los elementos y contra la moda que desde dos años asola este país. Como dijo Tomás Roncero en la inauguración de nuestra Peña: no seamos hipócritas, el 70% de los aficionados de este país es madridista, con lo cual anoche fue una noche triste para la mayoría y alegre para unos cuantos, entre ellos los adalides del separatismo paleto que la volvieron a liar (una vez más) en Canaletas.
En cuanto a Manuel Pellegrini, nuestro entrenador, pese a que muchos le señalan como el principal culpable de lo ocurrido un servidor rompe una lanza en su favor y apuesta por su continuidad la temporada que viene. Ha imprimido al equipo una sobriedad defensiva y una solvencia en ataque propia de los equipos campeones. Un sello propio que es lo que necesita un equipo para triunfar, y que no se consigue precisamente cambiando de entrenador temporada tras temporada. Por tanto, aunque se habla con fuerza de Morinho (al que apoyaremos en caso de aterrizar en Madrid y que seguro volvería a darnos alegrías como la del día de los aspersores) su eventual llegada al equipo supondría un "empezar de cero" y no podemos permitir más pérdidas de tiempo en busca de la senda de la victoria.
PD: Enhorabuena al Málaga por haber conseguido la permanencia un año más entre los mejores de España.

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