miércoles, 9 de diciembre de 2009

El Real afianza su candidatura en Europa.



Terminó ayer la fase de grupo para nuestro equipo y los aficionados tenemos motivos para pensar que este año podemos hacer un buen papel en la competición continental. Salvo algunas sombras como la derrota en casa ante el Milán y lagunas en el juego como el día del Zurich (en la víspera de nuestra visita a Can Barça) el equipo ha terminado líder de grupo, lo que nos otorga el privilegio de jugar la vuelta de octavos en el Bernabéu amén de enfrentarnos a un segundo de otro grupo, aunque este último dato pueda ser engañoso, pues entre nuestros eventuales rivales estarían el Bayern, la Fiore y posiblemente (salvo sorpresa) un Inter que no vendría a Madrid con la pusilánime actitud con la que visitó Barcelona.
El equipo sigue firme su camino hacia la décima. No es obligación inexcusable el hecho de ganarla (como no lo fue por ejemplo para el Barcelona del 99, que hizo el ridículo en una Champions que finalmente disputarían Bayern y ManU), pero dado el carácter ganador del club, su historia y su ejemplar afición, sí que se debe apostar al menos por disputar la final, aunque esto es fútbol (por ende, un deporte) y todo es posible.
Mención especial merece el crack luso Cristiano Ronaldo. Con él el equipo recupera la energía, el brío y el peligro arriba. Hace funcionar al resto de sus compañeros (aunque esta semana se le acusara de falta de compañerismo) y si los rivales y los árbitros le respetan, parece que tendremos líder para largo.

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